


Ve pasar el tiempo, olvidado por él, apenas lamido por sus tentáculos, mientras su propia materialidad deviene.
Placer el silencio
la quietud
el deseo las preguntas y el silencio.
El cuerpo llevado por las fuerzas universales.
“He visto la muerte en los árboles desnudos. Una privación.
No podía creerlo. ¿Es tan difícil
para el espíritu concebir una rostro, una boca?
Las cartas proceden de estas negras teclas, y estas negras teclas
proceden
de mis dedos alfabéticos, ordenan partes.
Partes, fragmentos, engranajes, brillantes mecanismos.
Me muero al sentarme. Pierdo una dimensión.
Rugen trenes en mis oídos, ¡salidas!, ¡salidas!...
Un chapuzon en el agua hirviendo!