martes, 19 de agosto de 2008

Veo que verte que adios*




El río recibe en su cremoso lomo las piernas firmes de ella, aferradas al bote de madera y a su guía como las raíces de una planta en el desierto.



Temblando le pregunta—¿Qué es lo que hay ahí?

Y el río responde—El camino.






Marina Amestoy

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